jueves, 25 de junio de 2015

Ensalada de trigo sarraceno al estilo mediterráneo.

Como oficialmente ya  ha llegado el veranito, os dejamos una ensalada con ingredientes de temporada. Hemos utilizado el trigo sarraceno que, como ya sabéis, es apto para los celíacos y, además, está muy rico. Si no lo conocéis os animo a ello, pues su sabor os sorprenderá.

Hoy no me voy a extender en la presentación ya que, como bien hemos dicho, el VERANO ha llegado y os espera para que salgáis y hagáis todas esas actividades que tonifican el cuerpo, despejan la mente y alegran el alma. Eso sí, no olvidéis llevaros vuestra fiambrera y nutrir vuestros días estivales con alimentos de calidad llenos de vitaminas.

¡Feliz Verano a todos!

INGREDIENTES (2 PERSONAS):
1 taza grande de trigo sarraceno
1 taza y media de agua  (usamos la misma taza con la que hemos medido el trigo sarraceno)
1 pepino mediano
2 tomates grandes
2 zanahorias medianas
un ramillete de perejil o cilantro (cantidad al gusto) cortadito
1 chorrito de aceite de oliva (como siempre virgen extra)
1 chorrito de limón o vinagre de manzana
1 ajo a trocitos
1 pizca de pimienta negra
1 pizca de cúrcuma
1 pizca de sal

En una olla ponemos el trigo sarraceno con el agua y hervimos unos 10-15 minutos (a nosotros nos gusta al dente, pero podéis seguir las instrucciones del envoltorio). Mientras la olla está al fuego preparamos las verduras, las lavamos bien y las cortamos en trocitos.

Ahora solamente queda mezclar todos los ingredientes en un bol y aliñar con el aceite, la sal, la pimienta, la cúrcuma y el vinagre o limón. ¡Listo!
  
¿Preparamos nuestra fiambrera y nos escapamos a disfrutar del buen tiempo?

Bienvenidos los días de sol y playa

jueves, 18 de junio de 2015

Infusión de tomillo, menta y limón.

Hay días en los que la lluvia incita al recuerdo y vuelves al pasado, a los tiempos en los que eras un adolescente con todos esos proyectos, sueños, ganas de comerte el mundo... Muchos, mirando hacia atrás, se dan cuenta de los cambios que han habido en sus vidas - deseados y no deseados- y les envuelve la tristeza. Es ahí, cuando debemos decidir cambiarlo. Ese sentimento debe ser cambiado por todas las posiblidades que todavía nos quedan siendo más adultos, con autonomía pero, sobre todo, con el poder de decisión y motivación que va a ayudarnos a  realizar esos pequeños sueños que quedaron en el camino.

Os invito a tomaros un poco de tiempo y reflexionar sobre ello e intentar que esos pequeños sueños algun día se hagan realidad. Empecemos por algo pequeño y seamos dueños de nuestras vidas.

Os dejo un documental estupendo de un joven chico que ha luchado por su sueño. En este caso, es un "deportista" muy especial (aunque más que un deporte es un estilo/filosofía de vida). Clicad aquí para ver sus vídeos y aquí para ver el trailer de una de sus dos películas documentales.

Y para ello, nada mejor que reflexionar con una buena infusión, verdad? Pues os dejo una receta que, además de poder ser tomada fría o caliente, ayuda mucho al sistema respiratorio. Esta infusión puede ser la excusa para que tomemos ese soplo de aire que necesitamos para afrontar nuestros sueños.

Para conocer los beneficios y contraindicaciones de cada ingrediente clicad sobre el nombre: tomillo, romero, menta, jengibre.


INGREDIENTES (2 PERSONAS):
3 vasos de agua
1 cucharadita de tomillo fresco o seco (siempre mejor fresco)
1/2 cucharadita de romero fresco o seco
1 rodaja de limón
1 cucharada de menta fresca o seca
2 discos pequeños de jengibre
sirope de ágave, miel o stevia (nosotros no ponemos nada, pero si os gusta podéis endulzarlo)

Se ponen tres vasos de agua en un cazo con todos los ingredientes. Se lleva a ebullición y se deja reposar unos minutos. Se cuela y lista para tomarla fría o caliente.

Parar y tomar un  respiro ayuda a ver las cosas con más claridad

jueves, 11 de junio de 2015

Conservas de col lombarda y remolacha (alimento probiótico).

Hoy os dejo una receta de conservas muy especial y sabrosa. La encontré en este blog y me pareció ideal para gastar unas remolachas un poco arrugaditas que tenía en la cocina. 

Lo mejor de esta receta es que, al ser una conservar, la podéis consumir cuando queráis  y, además, aprovechamos no sólo las remolachas, sino la col o el repollo morado (col lombarda) que tengáis por casa. Como ya sabéis, la col fermentada es un probiótico natural, que mejora la flora intestinal, entre otros de sus múltiples beneficios.

Esta receta es como la receta de la chucrut, fácil de realizar y con cierto gusto alimonado y picante gracias al jengibre. Y, tomándola como receta base, podéis hacerlo incluso con otras verduras (zanahoria, pepino, col china, etc...). Ideal para regalar, verdad?

Espero que os guste y la pongáis en práctica muy pronto. 


INGREDIENTES (UN TARRO DE 500ML ):
1/2 col lombarda o repollo morado
2-3 hojas de col sin rallar
3 remolachas medianas bien lavadas
2 trocitos de jengibre (al gusto, aunque mejor poner menos que más si no estamos seguro que nos va a gustar muy picante)
1 cucharadita de sal marina no refinada ni tratada

*El tarro y las cantitades son aproximativas, ya que dependerá del peso de la col y las remolachas.

Se cortan finamente o se rallan las verduras. El jengibre también lo rallamos. Lo ponemos todo en un bol que sea bastante grande y profundo, añadimos la sal y pasamos a remover muy bien los ingredientes. Los removeremos unos 5-6 minutos, para que suelten el líquido.

Una vez haya soltado un poco de líquido, lo traspasamos todo a un bote de vidrio que tenga la boca ancha (así será más fácil trabajarlo). Lo vamos colocando todo poco a poco y vamos apretando con fuerza la mezcla (podéis ayudaros de una cuchara; del utensilio usado para machacar los ingredientes en el mortero -llamado mano-; o con las manos mismas). Debe quedar muy compacto para que pueda ir soltando líquido y quede la mezcla bien cubierta.

Si vemos que el caldo no cubre del todo la mezcla, podemos añadir más agua filtrada con sal (1 cucharadita de sal por vaso de agua).

El bote no debe estar lleno hasta arriba, ya que con la fermentación el líquido puede salirse. Mejor le dejamos un dedo o dedo y medio para que tenga el suficiente espacio. Por último, lo cubrimos con alguna de las hojas externas de col, de las que no hemos utilizado, para que hagan de aislante y apretamos bien. Tapamos el tarro y lo dejamos en un lugar al que no le dé la luz y esté a temperatura ambiente.

Al cabo de una semana nuestra conserva estará lista para comer. Ahora ya podemos conservar el tarro en el frigorífico hasta máximo unos 6-7 meses.*Recordad, hay que seguir unas normas de higiene a la hora de manipular alimentos y hacer las conservas. Os dejo un link recordatorio (clicad aquí).

Os dejo un vídeo ilustrativo por si tenéis dudas (clicad aquí).

¡Receta ideal para nuestro cuerpo  y nuestro bolsillo!

jueves, 4 de junio de 2015

Polos de fresas y naranja sin azúcar.

Parece que por estas tierras ya está llegando el verano. Normalmente, en los días casi estivales nos apetece algo bien fresquito pero que sea sano a la par que rico. Por eso los polos que os dejo hoy están hechos con fruta licuada, son ideales por su colorido y sabor atractivos pero, sobre todo, son ideales para los niños y no tan niños reacios a la fruta. Además, no llevan nada de azúcar, por lo que no añadiremos calorias vacías a nuestro cuerpo.

Estos polos son los de toda la vida y que muchos, por comodidad, hemos dejado de hacer en nuestras casas. En la mía se han hecho desde siempre, pues mi abuela siempre nos hacía partícipes de la preparación de sus recetas y, gracias a ella, aún hoy podemos disfrutar de estos ricos postres. ¡Incluso la limonada y el café granizado eran caseros!  Y no olvidéis hacerlos con los niños, les encantará aportar su granito de arena.

Os dejo un link de los helados y granizados que tenemos en el blog por si os entran ganas de algo fresquito (clicad aquí).
¡Hoy os presentamos un post corto pero muy rico!


INGREDIENTES (6 POLOS SEGÚN MOLDE):
3 naranjas peladas
10 fresas limpias

Con la licuadora obtenemos el jugo de las fresas y vamos rellenando nuestros moldes. Ahora, hacemos lo mismo con las naranjas e incorporamos su licuado. Cerramos los moldes y los dejamos unas 3-4 horas como mínimo en el congelador.

*Si no tenéis moldes bastarán unos vasitos o cuencos pequeños de vidrio, un poco de film y unos palillos de madera o bambú. Cerramos los vasitos con el film bien estirado y sobre él clavamos el palillo (no hace falta que los clavemos hasta el fondo del vaso). La sujeción será perfecta, pues al congelarse se mantendrá bien tiesos!

Lo bueno es que podéis hacer vuestros polos de los sabores que más os gusten y sin nada de azúcar. Aquí os dejamos un sabor clásico, pero hemos experimentados con otros sabores y siempre quedan muy buenos.

A la hora de consumirlos bastará con remojar el molde con un poco de agua caliente, girar y estirar.
¡A los ricos polos fresquitos sin azúcar y coloreados!